La escasez del agua es una problemática a nivel mundial. Para proteger este recurso natural más importante del planeta es preciso hacer un uso sostenible y eficiente. El agua es clave para la humanidad y para nuestra flora y fauna, por lo que debemos hacer lo posible para no malgastarla.
Actualmente, para mantener un jardín florido y que luzca hermoso, y un pasto verde, sin contaminantes ni hierbas malas, se propone la utilización de sistemas de riego, dejando de lado el tradicional riego con manguera que provoca un mayor desperdicio de agua.
La principal finalidad de un sistema de riego es permitir la distribución eficiente del agua sobre la superficie del suelo, cuidando y preservando los cultivos, el pasto, o jardín. Existen diferentes sistemas de riego que responden a diversas necesidades del terreno: riego por goteo (Es el sistema más utilizado. Consiste en una manguera perforada en la que se pueden ubicar unos goteros autorregulables), riego por aspersión (El agua se pulveriza y se expulsa en altura de manera uniforme en el terreno, de forma similar a la lluvia, a través de aspersores), riego por exudación (Manguera porosa que exuda a lo largo de toda la superficie. Se suele enterrar unos 5 cm en la tierra).
Los sistemas de riego se pueden utilizar en la siembra e industria agrícola, en el jardín la casa, en áreas verdes, y campos deportivos.
A nivel residencial, el sistema de riego automatizado facilita el cuidado del jardín a los propietarios, porque se olvidan de tener que regar manualmente las plantas y el pasto, reduciendo el consumo de agua y aportando la cantidad justa de agua para el terreno.
Son muchas las ventajas que presenta un sistema de riego:
Control eficiente de lo que se quiere regar.
Inversión de dinero accesible al usuario.
Fácil instalación.
Reduce el tiempo dedicado al cuidado del jardín.
Ahorro de mano de obra, agua y energía.
Flexibilidad y adaptación del sistema de riego al terreno.
Gestión sustentable de agua, promoviendo la protección del medio ambiente.
Sistema de larga duración y con bajo mantenimiento.
Se evitan las malas hierbas pues solo se riega en el lugar indicado.
Favorece la absorción lenta de la humedad por el suelo.
Ahorro de trabajo y tiempo a través de su automatización: con temporizadores para programar que el riego sea de forma automática (ajustar frecuencia, tiempo y horarios) y con sensores de lluvia para que se bloquee el sistema al detectar la lluvia.
Las ventajas superan las desventajas y si todavía sigues utilizando el riego tradicional por manguera, es momento de repensar el cuidado del jardín a través de un sistema de riego automatizado. Se necesita invertir en un principio, pero luego, las bondades de estos sistemas compensan la inversión inicial, garantizando un suelo fértil, humedecido y un jardín florido.
Con ideas y colaboraciones de: habitissimo
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